El bus nos paró en el puerto y enseguida notamos un penetrante olor a pescado que arrugó la nariz de algunos: era la lonja, donde nos contaron desde la subasta de pescado, que algunos la recrearon, hasta la conservación y el envasado de las piezas, así como la sala de control del tráfico en el puerto.
Tras tomar un refrigerio nos fuimos a ver la Torre de Hércules, imponente faro que vigilaba los ataques que provenían de la mar océana, y que sigue siendo el faro más antiguo del mundo que aún sigue en funcionamiento.
Luego de comer en plan pic-nic al sol, fuimos a la zona de la cúpula atlántica, donde subimos en una especie de bola gigante de cristal que hace la veces de elevador, y que permite unas vistas inigualables.
La jornada terminó con visitas a La casa de las ciencias y Planetario, y finalmente al Domus, en el que nos divertimos muchísimo con las actividades interactivas que fomentan nuestras habilidades intelectuales.
La llegada al hotel fue celebrada alegremente al comprobar lo confortable que era y luego, lo bien que cenamos. Eso sí, macarrones...
Pincha en la foto y podrás mirar muchas más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario