En el grupo había niños que no sabían qué era el caqui y otros tampoco lo habían probado, así que... nos enfrascamos en conocer esta fruta. Marcos comentó que Lali tenía caquis y también un árbol. Y organizamos la salida.
La visita ha sido muy provechosa. Lali nos contó cómo es que tenía un árbol del caqui en su patio, cómo lo cuida, cómo antes daba unos caquis tremendos y los últimos son más pequeños, cómo se come un caqui...
Hemos reconocido las partes del árbol, hemos observado sus hojas, su tronco y desde luego hemos probado el caqui. ¡Parece mermelada! También hemos aprovechado para preguntarle a Lali algunas curiosidades y dudas que teníamos... en fin, ha sido una experiencia muy pero que muy interesante.
Desde aquí te damos las gracias Lali, por abrirnos las puertas de tu casa y ayudarnos a valorar las delicias de la naturaleza.
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