Es nuestro viaje de fin de curso, pero hemos aprovechado para conocer el único centro de la agrupación ARCE que nos faltaba por conocer.
Llegamos bien temprano y nos esperaba Jesús para darnos la bienvenida y enseñarnos el colegio. Nos ha parecido un colegio bonito, iluminado, con esa luz que da la proximidad del mar, y muy bien cuidado.
Después nos hemos ido a visitar las restos aequeológicos de Baelo Claudia, junto al mar, que nos ha parecido muy bonita, aunque hacía un sol de justicia. Nos preguntábamos de qué forma puede influir el clima sobre nuestra salud, porque nos encontrábamos un poco cansados, y es que no estamos acostumbrados a esta humedad.
Fijaos qué bonitas fotos y lo bien cuidada que está la calzada romana de la calle principal.
En estas especies de hoyas se dedicaban a la salazón de atunes y a la "garum" que era -y es- una especie de salsa de pescado.
A continuación Jesús nos llevó a un mirador para que viéramos el continente africano, con el Atlas destacando entre la bruma, y aunque no se veía demasiado nítido, nos impresionó lo cerca que estamos.
Después nos fuimos a comer y además de macarrones con tomate nos pusieron este rico pollo que veis.
Pero, fijaos lo cansados que estábamos, así que nos fuimos a dormir una siestecita.
Y más tarde bajamos a la playa, con unas olas que nos dieron unos cuantos revolcones que nos hicieron reír y divertirnos un montón. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar: un rato más tarde nos fuimos a bañar a la piscina del hotel y nos encontramos.... ¡Un jacuzzi! ¡Qué molón!
Al caer el sol nos fuimos a duchar y una vez limpitos fuimos a cenar y... ¿a que no sabéis qué nos pusieron? ¡Macarrones y pollo! Vaya, y de postre otro helado...
Luego nos fuimos a dar un paseo y muy muy cansados nos hemos venido a dormir, y lo de dormir nos lo hemos tomado muy en serio, porque por aquí ahora mismo... ¡no se oye una mosca!
Mañana más.
Y más tarde bajamos a la playa, con unas olas que nos dieron unos cuantos revolcones que nos hicieron reír y divertirnos un montón. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar: un rato más tarde nos fuimos a bañar a la piscina del hotel y nos encontramos.... ¡Un jacuzzi! ¡Qué molón!
Al caer el sol nos fuimos a duchar y una vez limpitos fuimos a cenar y... ¿a que no sabéis qué nos pusieron? ¡Macarrones y pollo! Vaya, y de postre otro helado...
Luego nos fuimos a dar un paseo y muy muy cansados nos hemos venido a dormir, y lo de dormir nos lo hemos tomado muy en serio, porque por aquí ahora mismo... ¡no se oye una mosca!
Mañana más.
¡Estoy que me subo por las paredes! ¡Qué envidia!
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