Nuestro segundo día ha transcurrido estupendamente y por fin... ¡no hemos comido macarrones!
Hemos visitado Cádiz y recordado cosas que habíamos estudiado sobre "La Pepa", visitado el museo, hemos ido de compras para los papis y la gente que queremos y luego nos hemos vuelto a repetir la tarde de ayer, sólo que hoy con un poco de frío porque estaba nublado y habían bajado las temperaturas. Pero tampoco nos ha importado demasiado.
En estos dos días que hemos convivido juntos de nuevo, hemos descubierto lo bien que nos llevamos y lo que hemos estrechado los lazos de amistad con los compañeros de los distritos. Siempre hemos estado amigablemente juntos y no ha habido ningún problema. Los maestros Pepe y Ana están contentísimos de vernos tan alegres y comportarnos como unos chicos educadísimos y estupendos.
Pero también hemos aprendido muchas cosas de cada uno de nosotros. Por ejemplo, que Álvaro siempre está dispuesto a derrochar su simpatía.
O que Luis puede cavar fantásticos hoyos en la arena hasta con gafas.
O que a Lucía no se la para ni amarrándola.
O que Carlos de Alconera estaba dispuesto a comprobar el grosor de la primera capa de la Tierra.
Mientras Carlos de Atalaya comprobaba cómo se sienten los garbanzos en remojo...
Mario se decía aquello de: Ándeme yo caliente...
El maestro Pepe pensaba en los próximos criterios mínimos de evaluación...
Alba se divertía de lo lindo (como siempre)
Y la maestra Ana hacía estas fotos y otras muchas que ya os enseñaremos.
Mañana despedimos nuestro periplo en Isla Mágica, en Sevilla, así que ahora toca descansar.
¡Hasta pronto!
Pues sí...la felicidad flota en el ambiente gaditano.
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