domingo, 31 de mayo de 2015

Paseando por Zafra


Para comprender mejor nuestras investigaciones previas, el pasado viernes, con la colaboración de algunos padres para el traslado, decidimos dar un paseo por la Zafra medieval. Así pudimos comprobar en sus calles, rincones y fachadas cómo la cultura musulmana y cristiana se dieron la mano, conviviendo de forma pacífica durante mucho tiempo.

Partimos de la Oficina de Turismo, donde su directora nos explicó cuál es su función y nos sorprendió cuando nos dijo el número de visitantes que pasan por ella y de tantos países. Nosotros aprovechamos para dejarle nuestra revista AVAL, para que los visitantes tengan alguna información más sobre nuestros pueblos. Luego, amablemente, nos abrieron las Casa del Ajimez para que pudiéramos visitarla.

Algunos imaginaron que eran ilustres hidalgos

Pasamos por algunas calles de los antiguos gremios...

Casi podíamos escuchar el bullicio del mercado
Nos hicimos una idea exacta de lo que fue la ciudad intramuros...

Todos escuchaban atentos


Y nos hicimos una foto de grupo junto a la losa romana que hay en el patio de la Casa del Ajimez, y que seguramente sirvió como mostrador para los preparados y ungüentos del boticario que vivió en ella


En el Arco Jerez, gracias a la amabilidad de algunos cofrades que estaban en la capilla, pudimos ver la bellísima imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia y conocer algunas curiosidades, como que el altar de la Virgen de la Caridad, que es la titular de la capillita, está orientada de forma que cualquier viajero que entrara a la ciudad por la puerta de Jerez, podría verla de frente en su altar.



Nuestra visita terminó en el Palacio de los Duques de Feria, después de ver el Hospital de Santiago, la casa de Ruy López, las casas del Conde de la Corte, del Marqués de Solanda, la Parroquia de la Candelaria, la antigua sinagoga, el Ayuntamiento y, por supuesto, el trozo de muralla recién descubierta junto al Arco del Cubo.

Nos gustó tanto que... ¡volveremos el año que viene!




1 comentario:

  1. Una visita muy entretenida y pedagógica. Muchas veces somos incapaces de valorar lo que tenemos al lado. Fueron dos maestros los que me enseñaron el patrimonio histórico y los rincones con encanto de Zafra; uno fue D. Agustín, mi padre, y otro D. Manuel Peláez, ambos desaparecidos. Ahora quizá no os importe mucho, pero más adelante, chicos, aprenderéis a valorarlo.

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