¿Hablarías en público? Sí, aunque sea ante gente que conoces
¿Hablarías? Claro, de algo que sepas, como una afición o tu propio trabajo ¿Te
atreves? ¿Y si es gente que ni conoces y que hasta puedas considerar superior
por tener más experiencia por edad o por ser más entendida que tú? ¿Te
atreverías también?
No te asustes, no vamos a pedirte que lo hagas, pero mira,
nuestros chicos y chicas se atreven, y se atreven con todo. Pero además lo
hacen con una seguridad pasmosa, con una autoestima bien alta, y sobre todo, lo
hacen con ilusión. La ilusión me parece a mí que viene por varias vías, una es
la de compartir lo que se ha aprendido, pero la otra porque es un ejercicio de
autoafirmación, un reto que se acepta, unas ganas de superación. Estos niños y
niñas se están haciendo unos competentes oradores, porque no utilizan el mismo
código que se utiliza en la comunicación convencional, sino que manejan un
lenguaje adaptado al contexto, con términos científicos, especializados, no
habituales, términos que antes han tenido que interiorizar para comprender
primero lo que leen y luego lo que comunican. ¿No te parece sencillamente
maravilloso?
Lo hicieron en Cáceres, donde no les importó hablar sobre su
trabajo ante un público especializado. Lo hicieron o lo van a hacer todos los
distritos en su propia localidad ante sus vecinos, o ante sus compañeros
mayores. Y han interiorizado hasta tal punto el aprendizaje como el servicio
que ellos mismos propusieron en días pasados hacer de su última investigación
una “píldora” más. Es decir, les hacía ilusión compartir lo que han aprendido.
“Para perder el miedo escénico” dijo alguno/a en la
autoevaluación. ¿Sabes cuántas veces en su vida van a tener que superar el
miedo escénico y cuánto de útil les va a resultar haberlo perdido? Cada vez que
hagan una entrevista profesional para acceder a un puesto de trabajo, por
ejemplo. Cada vez que tengan que defender un trabajo de fin de carrera, o uno
de fin de máster, o unas oposiciones.
Si ves que tus alumnos pueden contar lo que han aprendido te
sientes satisfecha, porque verbalizar lo aprendido es consolidarlo. Pero si ves
que tus alumnos tienen ilusión por contarlo, entonces eres feliz viendo sus
sonrisas, su interés, su motivación.
Para los que no pudisteis ir el día que nos contaron cómo
debemos comer de manera equilibrada y consciente, os dejamos la presentación y
algunas fotos de ese día.
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