domingo, 19 de junio de 2016

De lo más profundo a lo más alto


Cuando llegó el momento de decidir qué íbamos a investigar este último trimestre, los niños me sorprendieron dando un salto, pasando de las profundidades del fondo del mar a la inmensidad del espacio. Y es que conocer qué hay más allá del intenso azul del cielo siempre ha sido de gran interés por el hombre, desde las edades más tempranas.
Comenzamos formando nuestro rincón de investigación, dotándolo de libros, maquetas, bola terrestre, láminas, fotografías...lo necesario para investigar.



Seguidamente necesitábamos bautizar nuestro proyecto; ya el nombre elegido nos da idea del descaro e imaginación de este grupo: El Espacio Molón. Ahora era yo la que tenía que estar a la altura...
Comienza la cuenta atrás para empezar la investigación. Nos sentamos a decidir los temas y confeccionar el guion: La llegada del Apolo XI a la Luna en 1969, las características de nuestro Sol y los planetas que conforman nuestro Sistema Solar, saber cómo es la vida de los astronautas en los cohetes, qué comen, cómo son sus trajes, como es su día a día dentro de un cohete o en la Estación Espacial ...¡esto nos llevaría todo el trimestre!
Y nos pusimos manos a la obra.

Buscamos información...


Confeccionamos un panel de adivinanzas para la Semana del Libro 


y elaboramos nuestro Cuadernillo del proyecto...


Nos montamos en "un cohete" con nuestra mascota para escuchar la canción El viaje espacial...


Como no, hicimos manualidades...


...para que cada niño pudiera llevarse a casa su propio Sistema Solar.

Y llegó el fin del curso y con él el fin del proyecto. Decir que trabajar así en el área de ciencias tiene múltiples ventajas sobre el seguimiento inflexible del libro de texto. He pretendido durante estos años abrir sus mentes, hacer volar su imaginación, desarrollar sus capacidades, en definitiva, que aprendan.
Acaba el curso y la etapa, y me quedo con la sensación de haber aprendido yo más con estos alumnos que ellos conmigo. Habrán quedado temas en el tintero, pero faltan muchos proyectos por desarrollar, experiencias por vivir,  maestros y alumnos por conocer; la vida misma. Así pues, ¡hasta el curso que viene!
Feliz verano.


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