domingo, 14 de febrero de 2016

Que 20 días no son nada

Aún con el sabor de los turrones en el paladar nos vemos ante la preparación del carnaval. Por eso todos los años miramos temerosos el calendario del curso, porque con tan poco margen ¿cómo organizar la fiesta carnavalera?

Ya antes de irnos de vacaciones nos decimos que tenemos que pensar algo en esos días de descanso. Algún intercambio de correos con alguna propuesta para debatir al regreso.

Se plantean varias disyuntivas: no podemos hacer comparsas por distritos porque en algunos hay muy pocos niños; no hay tiempo de buscar canciones e inventar letras, de ensayar comparsas y sambódromo; queremos hacer algo que sea educativo; tenemos que pensar un disfraz que no sea costoso para el bolsillo de las familias; ¿cómo conciliar todo eso?

Que gire alrededor del Quijote presenta algunas limitaciones... ¿qué hacemos?

Sí, el Quijote, porque es el eje del curso. Un colegio de Canarias nos surte desde la red de algunas ideas muy aprovechables y esa es por fin la lanzadera para comenzar una carrera para preparar todo en 20 días.

Primera parte: presentamos el esqueleto de lo que puede ser la jornada.

Segunda parte: una representación de padres de todos los distritos se reúne con el cole para conocer el esquema de programación y organizar su colaboración. Atalaya se compromete a hacer la decoración del escenario y todos los distritos acuerdan el desayuno compartido a media mañana.

Tercera parte: se definen las actuaciones por distritos pensando en hacer algo diferente, variado, simpático y didáctico. Además Atalaya prepara las presentaciones mientras el equipo de celebraciones pedagógicas va pidiendo a cada distrito el texto de su participación para elaborar el proyecto.

Cuarta parte: comienzan los ensayos de cada grupo, y además, entre Paco, Ana Uréndez y los tutores se comienza a ensayar la tamborada y sambódromo.

Quinta parte: para los ensayos de infantil las maestras se desplazan con ayuda de coches particulares al distrito de Alconera.

Sexta parte: dibujamos letras a ratos perdidos para el escenario, pensamos murales, nos aseguramos de comprar los materiales que hacen falta, nos valemos de la vena artística de la maestra Alicia para la ambientación, nos valemos también de las artes de chico para todo del maestro Paco que elabora la tele para el noticiario.

Séptima parte: reunión de claustro de nuevo para intercambiar impresiones e informar de lo que se está haciendo en cada distrito, reparto de tareas, reparto de grupos, concretar horarios, conocer necesidades, orden de actuaciones, control de los tiempos, traslados en bus, contacto con el ayuntamiento de Atalaya, equipo de sonido, uso de espacios...

Octava parte: se concreta todo en un proyecto según el material que va aportando cada distrito y se elabora el díptico informativo.

Novena parte: el claustro se reparte entre la vigilancia de las tardes y los que acudimos a Atalaya el jueves para dejar todo preparado, y junto con los padres dejamos el escenario preparado para el día siguiente.

Alrededor de las siete de la tarde todo está listo... en veinte días.

Fran y Paula hacen una estupenda labor como presentadores:


Los chicos y chicas de 1º y 2º de Alconera nos cuentan en verso con mucho salero sobre los delirios de don Quijote por su amada Dulcinea, sus aventuras y desventuras.



Nuestro Cervantes infantil, Lucas, trata de conducir la actuación de los pequeños de 3 a 5 años de los cuatro distritos. Memorable la pasión de Sancho Panza-Mario por su madre, mientras Owen estaba preocupado por seguir el guión y no sabía si desesperarse o reírse, y memorable también la espontaneidad del plantel de pequeños artistas que finalizaron su actuación con una danza medieval que tiene su mérito.


Los chicos de 3º y 4º de Alconera nos ponen en verso las vicisitudes que sufrió nuestro personaje con los molinos de forma bien simpática, poniendo incluso en entredicho la belleza de Dulcinea.



Un curioso desfile de modelos, los personajes de la obra cervantina, a cargo de los chicos de primaria de Atalaya y Valverde. Nos describen sus ropajes y nos hacen una sorprendente semblanza de su personalidad. Una idea bien original de las maestras de Atalaya. Para no perdérselo.







Y ahora una escena: una partida de cartas en la taberna, una ilustre visita, la de don Quijote y ese necio, villano, bellaco... de Sancho, para luego dar paso a un peculiar noticiario en directo desde Tele Mancha, conducido magistralmente por hábiles presentadores. No falta ni la predicción del tiempo, que asusta un tanto. Por no faltar, contamos hasta con la presencia de miss Toboso. Los chicos y chicas de primaria de La Lapa lo bordaron, y fue una idea original del maestro Santos.





La actuación de los chicos de 5º y 6º de Alconera fue un guiñol para los más pequeños, en el que se planteaba la duda de si eran molinos o gigantes aquello contra lo que arremetió don Quijote. No parecían ponerse muy de acuerdo y se tuvieron que marchar al médico a que le curara al hidalgo los coscorrones que se hizo. 



Y cerramos las actuaciones con la comparsa general, interpretando la famosa canción de la serie Quijote y Sancho. Ensayos por separado y sin embargo todos aúnan sus voces mientras el maestro Ángel acompaña con la guitarra y el maestro Paco marca el ritmo con total entrega.



Ahora tocaba desayunar y reponer fuerzas después de los nervios. Unos ricos bollitos de pan preparados por las AMPA y rellenos de cosas variadas nos hacía difícil elegir. Mientras, disfrutábamos en la plaza de un rato de convivencia entre alumnos, maestros y padres. Daba gusto ver la plaza llena de gente.

Y cerramos el día con la tamborada y el sambódromo. La gente del pueblo atraída por el ruido se asomaba a las puertas de las casas y disfrutaba de la fiesta, del bullicio. Habíamos llevado al pueblo otro año más el color, la música, la alegría y la risa de los niños por las calles, bailando con los pasos que habíamos ensayado. Algunas madres quisieron acompañar a la comitiva. Deseamos que el año que viene os unáis muchos más.



Todo esto en veinte días ¿pensabais que era fácil? Nos queda la satisfacción del trabajo hecho con ilusión y entrega y se nos olvidan las dificultades. El año que viene, más.





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