martes, 20 de mayo de 2014

Nos gusta estudiar

Y porque hemos visto que nos gusta estudiar, estamos pensando en el futuro. Así que algunos de los chicos han manifestado a menudo que les gusta la ingeniería, otros prefieren la informática y otros veterinaria. Seguramente tengamos entre nosotros estupendos futuros titulados. Y es que hay que formarse: no está la vida para dormirse a verlas venir. Por eso, un día, hablando de nuestro futuro, pensamos que sería bueno que alguien viniera a contarnos su experiencia, y como la rama de la ingeniería es la más solicitada, pensamos en llamar a Cayetano Muñoz, que acaba de estrenar su propia empresa de proyectos; así que en cuanto tuviera un hueco en su agenda, prometió visitarnos. Y eso ha sido hoy.



Primero nos acercó a la magia de los números que tanto nos gustan pese a que las matemáticas gozan del dudoso honor de ser la asignatura maldita. Pero en nuestro caso disfrutamos calculando áreas, pensando el ángulo del puente que va al centro comercial El Faro o haciendo planos de nuestra habitación. Así que nos hizo un truco de números con unas tarjetas que no vamos a desvelar, porque así tendremos ocasión de lucirnos entre otras personas.





 Luego nos repartió una serie de materiales: botellas vacías de agua, pajitas, globos, palitos de madera... ¿Esto qué es? Muy sencillo: nos dijo que teníamos que pensar cómo fabricar un coche. Pusimos cara de asombro, pero alguien preguntó: ¿Y cómo va a andar? Entonces él nos mostró un modelo que traía y propuso un concurso para ver cuál hacía el coche más original y que pudiera andar. Aquí vemos a Cayetano echándole "gasolina" a su coche y luego... ¡echando a correr!








Así que hemos decidido tenerlos listos a fin de curso y él será nuestro jurado, con premio para el ganador.

Por último, nos explicó todas las clases de ingenierías que hay y para qué sirven. Algunos chicos estaban preocupados por la dificultad, pero Cayetano les animó porque ya conocemos aquello de... "Hace más el que quiere que el que puede". Y sobre todo insistió en que hay que aprender a pensar; que las cosas no las aprendamos porque sí, sino que las comprendamos, porque sólo así no se olvidan, y con nuestra mente podemos hacer grandes cosas. Así que nada de desánimos. Podremos ser lo que nos propongamos, es cuestión de luchar por ello. Merece la pena.

Gracias, Cayetano, por una visita tan amena, tan instructiva y motivadora. Hasta pronto!

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