Primero nos acercó a la magia de los números que tanto nos gustan pese a que las matemáticas gozan del dudoso honor de ser la asignatura maldita. Pero en nuestro caso disfrutamos calculando áreas, pensando el ángulo del puente que va al centro comercial El Faro o haciendo planos de nuestra habitación. Así que nos hizo un truco de números con unas tarjetas que no vamos a desvelar, porque así tendremos ocasión de lucirnos entre otras personas.
Así que hemos decidido tenerlos listos a fin de curso y él será nuestro jurado, con premio para el ganador.
Por último, nos explicó todas las clases de ingenierías que hay y para qué sirven. Algunos chicos estaban preocupados por la dificultad, pero Cayetano les animó porque ya conocemos aquello de... "Hace más el que quiere que el que puede". Y sobre todo insistió en que hay que aprender a pensar; que las cosas no las aprendamos porque sí, sino que las comprendamos, porque sólo así no se olvidan, y con nuestra mente podemos hacer grandes cosas. Así que nada de desánimos. Podremos ser lo que nos propongamos, es cuestión de luchar por ello. Merece la pena.
Gracias, Cayetano, por una visita tan amena, tan instructiva y motivadora. Hasta pronto!
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