viernes, 13 de noviembre de 2015

Un concierto... y algo más

Si vemos un pavo real con su penacho de plumas plegado no podemos verlo en toda su magnificencia; es cuando despliega sus plumas cuando nos causa admiración, y no por eso a nadie se le ocurre tacharlo de presuntuoso. Por eso creo que de vez en cuando no está mal abrir nuestro plumaje, no por deslumbrar, sino porque se conozca la anatomía de un claustro al completo.

Y digo esto porque el concierto didáctico de hoy no hubiera sido disfrutado igual si el maestro Paco no se hubiera derramado -literalmente- durante un buen puñado de sesiones para enseñar a sus alumnos la belleza de la música y la variedad cromática de emociones que puede suscitar una audición.

Del mismo modo cada estación no sería recibida igual sin la ambientación de la maestra Alicia de los rincones del colegio. Tampoco sería igual la biblioteca sin el desvelo de sus coordinadores, ni los proyectos de infantil sin las largas horas de preparación, intercambio y coordinación de las maestras; ni los niños practicarían igual la educación física si esa cabeza de la maestra Ana no estuviera siempre buscando nuevos proyectos. No tendríamos tan bien organizados los recursos digitales sin la meticulosidad de la maestra Teresa, ni el área de inglés tendría tan buen nivel si las maestras no elaboraran tantos materiales nuevos o si el maestro Ángel hubiera pasado de largo del e Twinning. Quizás si estuviéramos siempre cómodamente instalados en nuestra aula nuestros alumnos no hubieran tenido tantas oportunidades de conocer el mundo, o nuestras celebraciones pedagógicas se reducirían a comerse un puñado de frutos cada uno en su distrito si no invirtiéramos tanto en transporte. Así que, sin confundir la humildad con el silencio, toca decir en voz alta que nuestra vitalidad -que es cierto que a veces nos desborda- nos contagia y nos empuja a buscar la calidad.

Un día inolvidable para los niños, como inolvidables sus caras mientras escuchaban la música y conocían cada movimiento. Por eso queríamos llegar pronto, los primeros, para coger los primeros asientos y gozar a tope de un concierto que cada año mejora. Felicitamos a la Orquesta de Extremadura por hacer posible este lujo para los sentidos con "El intrépido soldadito de plomo".

Os dejo ahora algún fragmento del concierto y la galería de fotos en el Palacio de Congresos Manuel Rojas, y la visita a la Catedral, Plaza Alta y Alcazaba.

¿Puede ser una mañana más completa?





https://goo.gl/photos/XFkfVcUYfX4jZNBu9

2 comentarios:

  1. Pocas vivencias son comparables con las sensaciones que produce la música clásica en directo; sin duda una experiencia única.

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